LOS POETAS DEL MARIEL: FRUTO BASTARDO DE LA REVOLUCIÓN

La Generación del Mariel ha adquirido un significado especial desde los sucesos de la embajada del Perú en La Habana, y su desarrollo posterior: el éxito del Mariel. La turbulencia social, en abril de 1980 en La Habana, hizo años el éxito de la propaganda castrista de casi veinte años. Desde la crisis de octubre nada había sido tan demoledor para el tirano como el éxito del Mariel. Con este éxito Castro no solo quedó desprestigiado ante las naciones del mundo, sino que se le fue para siempre la juventud cubana que había sido completamente dentro del socialismo, es decir, se le escapaba la materia prima fundamental: «el hombre nuevo». El vacío espiritual y material que dejó El Mariel, tanto en las familias como en el régimen, nunca pudo ser restituido, y su impacto en la sociedad fue de tal magnitud que,  de cierta forma contribuyó a suavizar los métodos de represión usados ​​hasta entonces por el castrismo. A partir de esa crisis, Castro permaneció atrapado en una complicación encrucijada de la cual nunca ha salido por completo. 

Con el Mariel comienza a cambiar en el mundo la percepción que tuvo de la comunista de Cuba. Los 125.000 cubanos que ingresaron en Estados Unidos por «La flotilla de la libertad», dejaban atrás dos décadas de opresión y despotismo, y esa colectiva deserción testimoniaba a los ojos del mundo el rotundo fracaso de la supuesta Revolución. Por otra parte, el crecimiento inesperado de la comunidad cubana en el exilio con el advenimiento de los nuevos refugiados, provocando desagradables enfrentamientos y sensibles divisiones. Bajo estos signos de 

constante alboroto nace un grupo de escritores denominado La Generación del Mariel. Esta obra de escritores, pintorescos y poetas está unida por sus comunes vivencias y por el carácter heterodoxo de su arte. 

Entre la muchedumbre de cubanos que escaparon por ese puente marítimo de Mariel-Cayo Hueso, vengan los poetas que más tarde se darán a conocer en diferentes publicaciones, especialmente en la revista Mariel, editado por los principales poetas de esta Generación. Sin duda, la figura más sobresaliente de ese grupo fue la de Reinaldo Arenas que, a pesar del silencio y la censura que le impusieron en su patria por casi diez años, su llegada al exilio lo perdió (simplemente) en un escritor de talla internacional . Otros como Reinaldo García Ramos habían pertenecido a la generación de El Puente en la década del sesenta. Arenas y García Ramos eran los únicos del grupo que habían publicado un libro en Cuba. Pero sin excepción, todos fuimos de alguna manera perseguidos, encarcelados o marginados, y vivimos en una especie de limbo literario, 

Los poetas más significativos de la Generación del Mariel hijo:   Juan Abreu (1952),   Reinaldo Arenas (1943-1990),   Pedro F. Báez (1960),   Jesús J. Barquet (1953),   Rafael Bordao (1951),   Carlos A. Díaz (1950),   Reinaldo García Ramos (1944),   Roberto Valero (1955-94) y   Andrés Reynaldo (1953). Otros poetas como Eddy Campa Bacallao (1953-?), Ernesto Escudero (1953), y Manuel G. Valdés (1945), aunque continuarán escribiendo, se distanciaron lentamente de la poesía por razones extraliterarias. Los menos afortunados los ahogó la soledad, el destierro, el extravío y el desamor. La Generación del Mariel, nacida del rechazo mutuo, y fruto bastardo de la revolución, viola toda la reglamentación que trata de imponerle la censura. Un ejemplo de lo que decimos es el poema «Aportes» del libro  Voluntad de vivir manifestándose  (página 16), donde el poeta denuncia con estudiada y cortante ironía, la libertad que tuvo el autor del  Manifiesto Comunista  en la sociedad capitalista, erradicada en Cuba con el advenimiento de la dictadura de Castro: 

Carlos marx 
no tuvo nunca sin saberlo una grabadora
estratégicamente colocada en su sitio más íntimo. 
Nadie lo espió desde la acera de enfrente 
mientras a sus anchas garrapateaba pliegos y más pliegos. 
Pudo incluso darse el lujo heroico de maquinar pausadamente 
contra el sistema imperante. 
Carlos marx 
no conoció la retractación obligatoria, 
no tuvo por qué sospechar que su mejor amigo 
podría ser una policía, 

ni mucho menos, tuvo que convertirse en policía (1).

Si algo en este poema confirma la existencia de la ironía, es específico, el título. El tono irónico de su poesía es también propio de La Generación del Mariel. La aparente dignidad del fundador del socialismo científico es blanco de un disparo luminoso, que destruye y contradice el discurso marxista, mostrando con ello el absurdo que hay en el fondo de esa ideología. El poeta quiere demostrar que la sociedad en la que vive está plagada de engaños y arbitrariedades peores de los que había en la sociedad anterior. 

Si “todo poeta es un ser atrapado en una relación dialéctica (transferencia, repetición, error, comunicación) con otro u otros poetas” (2), entonces la identidad de esta generación está repartida entre sus miembros, que continúan “esputando el marxismo / contra la acera más dura ”y no han dejado de sentir que“ la patria fluye / como un desbordamiento misterioso / en un vetusto y tolerante / parque de Nueva York (3). Por eso, hablar del Mariel es entrar en un espacio cerrado y vernos a nosotros mismos con un vestuario más elegante, quizás, pero “más allá de los muelles coloreados del río / sin ni siquiera hablar de los naufragios” (4), envueltos con las mismas furias de hace 20 años, aunque en un nuevo espacio mucho más propicio para el ejercicio de la libertad y la creación poética. 

La impronta de las poetas de la Generación del Mariel es la rebeldía, su discurso, en términos generales, responde al sentimiento de ruptura y al anhelo de libertad. Pero la poesía nos recuerda a la memoria de que «las islas son hermosamente tristes / sus habitantes sueñan siempre un día / una fecha / el instante en que el mar se va a partir de dos / y dos veces las vidas / los recuerdos» ( 5)  Veinte años después de las poetas del Mariel continúan recordando aquella turbulencia caótica, donde se mezclaron la angustia y la alegría con el vaivén de las olas; dichos poetas no han dejado de cantar el rompimiento, aunque solo sea para alcanzar las raíces escurridizas del destino. El poeta reflexiona desde las alturas el aspecto relativo de las cosas, el país que sobrevuela ya lo siente suyo,  y un sentimiento de gratitud y extrañeza lo lleva a comprender que sus conflictos son desvelos que siempre cambian de expresión, lo llenan de inseguridad y congoja , y para disipar estos sentimientos que proceden del desamor nos dice: “Esto / eso / que sobrevuelo / desde el Pacífico inhóspito hasta el Golfo acogedor / es hoy por hoy /» no lo fue ayer, no sé mañana «/ mi patria» 6).  Pero el mayor impacto de La Generación del Mariel no radical radical en lo que ha creado, sino en lo que supo despertar en los otros …

(1)  Arenas, Reinaldo. “Aportes”, Voluntad de vivir manifestándose, Betania, Madrid, 1989, p. 16.  (2)    Bloom, Harold. La angustia de las influencias, Monte Ávila Editores, Venezuela, 1977, p. 106.  (3)   Bordao, Rafael. “Días como incluidos”, El lenguaje del ausente, Ediciones TIEMPO LARGO PARA LA POESÍA, Bogotá, Colombia, 1998, pp. 17-18. 

(4)  García Ramos, Reinaldo. «Muchacho que corre de madrugada por París». Caverna fiel, Verbum, Madrid, 1993, pp. 45-46. 

(5)  Valero, Roberto. «Las islas son malvadas y nadie lo sospecha». Encuentro de la Cultura Cubana Nº 8/9, Madrid, 1998, p. 153 

(6)  Barquet, Jesús. J. «San Francisco-Nueva Orleans». Puentelibre Nº5-6, México, 1995, p. 95 

Obra poética de los poetas del Mariel: 

Juan Abreu,  Libro de las exhortaciones al amor 

Reinaldo Arenas,  Voluntad de vivir manifestándose  y  Leprosorio 

Pedro F. Báez,  Insomnio 

Jesús J. Barquet,  Sin decir el mar  ,  Sagradas herejías  ,  Un no rompido sueño  y  El libro del desterrado 

Rafael Bordao,  Proyectura  ,  Acrobacia del abandono  ,  Escurriduras de la soledad  ,  El libro de las interferencias  ,  Propinas para la libertad  ,  El lenguaje del ausente  y  Los descosidos labios del silencio 

Carlos A. Díaz,  La claridad del paisaje  ,  Las puertas de la noche  y  Oficio de respuesta 

Ernesto Escudero,  Alma secreta 

Reinaldo García Ramos,  El buen peligro  y  Caverna fiel 

Andrés Reynaldo,  La canción de las esferas 

Roberto Valero,  Desde un oscuro ángulo  ,  Dharma  ,  Venías y No estará en tu camino