La hoja errante
Compartiendo lecturas
Cortesía de Rafael Bordao
T. S. Eliot
Estados Unidos (1888-1965)
El viaje de los magos
“Qué helada travesía, Justo la peor época del año Para un viaje, y un viaje tan largo: Los caminos hondos y el aire ríspido, Lo más recio del invierno”. ‘ Y los camellos llagados, sus patas adoloridas, refractarios, Tendidos en la nieve que se derretía. A veces añorábamos Los palacios de verano en las cuestas, las terrazas, Y las niñas sedosas que nos servían sorbetes. Iban los camelleros blasfemando, mascullando, Huyendo, y pidiendo licor y mujeres, Y las fogatas se extinguían y no había refugios, Y las ciudades hostiles y los pueblos agresivos Y las aldeas sucias y caras: Cuánto tuvimos que aguantar. Al final preferimos viajar de noche, Dormir a ratos, Con las voces cantando en nuestros oídos, diciendo Que todo esto era locura.Entonces llegamos al amanecer a un valle templado, Húmedo, lejos de las nieves perpetuas, y olía a vegetación; Con un arroyo y un molino de agua que golpeaba la oscuridad, Y en el horizonte tres árboles, Y un viejo caballo blanco se fue galopando hacia la pradera. Luego llegamos a una taberna con hojas de parra en el dintel, Seis manos junto a una puerta abierta Jugaban a los dados por un poco de plata, Y alguien pateaba los odres vacíos de vino, Pero no había información, y seguimos Y llegamos al anochecer, y justo a tiempo Encontramos el lugar; era (podríamos decir) satisfactorio.Todo esto fue hace mucho tiempo, recuerdo, Y yo lo volvería a hacer, pero que quede Esto claro que quede Esto: ¿nos llevaron tan lejos Por un Nacimiento o por una Muerte? Hubo un Nacimiento, Teníamos pruebas y ninguna duda. Yo había visto nacer y morir, Pero pensaba que eran distintos: este Nacimiento Nos sometió a una dura y amarga agonía, Como la Muerte, nuestra muerte. Regresamos a nuestros lugares, estos Reinos, Pero ya no estamos en paz aquí, bajo la antigua ley. Con un pueblo extraño aferrado a sus dioses. Cuánto gusto me daría otra muerte. |